El asunto es que la mujer geminiana es seis personas en una, y Tauro apenas da basto para ser un cuarto de sí mismo. Recordemos que Tauro es un signo fijo, Géminis no: se equilibran. Más o menos. Géminis conserva de su vecino bovino el carácter volátil y la naturaleza terca, ¿acaso conoces a una gemela que no sea testaruda y obstinada? Solamente que se le olvida fácil el por qué está tan aturdida, cambiando un malestar por otro. Tauro no, Tauro arrasa. Pasa toda su vida enojado por la nalgada que le dieron para que llenara sus pulmones de aire al nacer. Pero así como recuerda lo malo, también lo bueno. Su infinita paciencia es la forma en la que agradece el amor que la frívola géminis puede darle; frívola, porque bueno, nunca es de nadie más que de sí misma. Es tan enamoradiza, tan pasional... y a la media hora tan arpía cruel y apática. Cuando por fin logra poner en orden sus prioridades emocionales, está demasiado agotada para hacer lo suyo. Y es en ese lapsus de cansancio mental, cuando ha bajado la guardia, que el toro la aborda, muy gentilmente. La besa, la mima, le cuenta todas esas cosas que vivió en su ajetreado día de trabajo (cosa que a ella la encanta, el saberlo todo), e incluso le pide su opinión (aunque al final hará lo que a él le da la gana). No son tan incompatibles como parece. En realidad se necesitan. ¿Quién, sino, va a ponerle los piecesitos en la tierra a la irascible geminiana? la cabeza seguirá en las nubes, pero tauro estará sujetándola firmemente a la realidad cuando sea necesario. Si en algo coinciden los dos, es en la frialdad con la que toman las decisiones más importantes. Mudanzas, negocios, matrimonio... totalmente analizado por géminis y visado por tauro, que les fascina la burocracia y halarse los pelos pagando impuestos.

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La mujer geminiana le da el respiro que el endurecido corazón de tauro necesita, le da alas, sueños, risas, esa niñez que él siempre anhela. Lo hace viajar sin salir de casa -cosa que él valora con toda el alma- y le deja retozar en la cama con ella, mientras está haciendo mil cosas; desde pintarse las uñas mientras juega con el perro, hasta elaborando un profundo ensayo sobre el encuentro con el Ser mientras escucha a Sinatra. ¡Y otra cosa que hará feliz a tauro! ese que es tan necesitado de atención, aunque a veces se sentirá algo olvidado por cinco de las seis gemelas, siempre vendrá ella al rescate con regalos y sorpresas al final de la tarde para recordarle lo mucho que lo quiere. Largas e inspiradoras poesías, cuentos, historias fantasiosas donde tauro es el guerrero cazador de fieros dragones y ella... bueno, ella puede ser tanto la inocente y cliché princesa como la dragona misma, que ha descendido de su torre a incendiar un poco la vida del sobrio caballero.

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La mujer geminiana se decanta por los hombres venusianos para que sean los padres de sus hijos, básicamente porque ella misma es una niña sempiterna.