❝Quise pedirte perdón por tantas cosas que ni realicé.❞ ¿Alguna vez lo has hecho? ¿Pedirle perdón a una persona por algo que no hiciste?
Quise, tantas veces lo pensé que en ocasiones sentí que estuve a nada de permitirme pronunciar ese 'lo lamento' que tan sólo hubiera dañado mi dignidad. ¿Por qué? ¿Por qué debía yo ser quien agachara la cabeza, dejara a un lado su orgullo y asumiera la responsabilidad de algo que yo no causé? Desde muy, pero muy pequeño he adoptado varias costumbres que hoy en día forman parte de la manera de ser que me da vida, que me identifica y diferencia de cualquier otra persona. Sé cuando debo pedir perdón, sé cuando hice mal algo, llevándome a ser yo quien de el primer paso en busca de calma. No siempre me doy cuenta de inmediato, he de admitir, pero eso no quita que no lo termine haciendo; que no me retracte o intente arreglar eso que dañé. No podría tan solo pronunciar un 'lo siento' sincero si estoy por completo libre de culpa; no me saldrían las palabras, me carcomería la hipocresía y sentiría que estoy realizando un mal en lugar de una buena acción. Puede que muchos le resten importancia al uso de esos vocablos, pero yo no. Y me nace mencionar que, lamentablemente, es uno de esos sentimientos que está siendo usado de manera tan pésima, tan a la ligera, que cuesta saber cuándo se dice de corazón.