¿ Que opinas de la famosa "paradoja de la tolerancia" de Karl Popper, crees que los auges de grupos neonazis y eventos como los de charlottesville ameritan urgentemente plantearnos que tan peligroso puede ser respetar la libre expresión de mensajes de odio que desequilibrarían una república?
- La paradoja de la tolerancia tiene dos alcances. El primero, que me parece básico, lo comparto, y que debe ser robustamente implementado en el ordenamiento jurídico de cualquier sociedad que aspire a ser civilizada y democrática es que el Estado debe ser inmune y ajeno a las ideologías intolerantes: las políticas públicas deben operar en un marco de DDHH y garantizar las libertades individuales de todos los ciudadanos como equivalentes morales que somos. El Estado/Gobierno/sistema es intolerante de la intolerancia, así que no se deja permear por ella (básicamente es garantizar que las mayorías no puedan echar por la borda los derechos de las minorías). Hasta ahí, bien.
El segundo alcance pasa del plano de las ideas (el sistema no se infecta con intolerancia) al plano de los individuos y, básicamente, se puede resumir en: "si no compartes los valores del sistema, este no tiene por qué brindarte sus garantías". Si te parece haberlo escuchado antes, probablemente sea así: "Despojemos de sus derechos democráticos a los musulmanes porque no comparten nuestros valores", "la pena de muerte es aceptable para los asesinos", "el discurso del odio debería ser prohibido y quienes lo pronuncien encarcelados".
Si te fijas bien, el segundo alcance es intolerante en sí mismo; censor, totalitario y completamente autoderrotista porque, en últimas, si sólo toleras y le extiendes derechos a quienes piensan como tú, tolerante, lo que se dice tolerante, no eres (y, en puridad, terminarás solo, porque nadie piensa 100% como los demás). Además es bastante peligroso, porque lo que realmente hace es reforzar todos los discursos socialmente aceptables y prohibir los demás. Y en países profundamente religiosos, donde la peste ensotanada o el estafador de turno, gozan de popularidad, terminan los ateos, las mujeres, los LGBTI condenados al ostracismo (o la esclavitud, o la muerte) porque cualquier cosa que digan será discurso del odio; para la muestra la estupidez de la "ideología de género" con la que mueven borreguitos masticando odio a raudales, o la condena a Raif Badawi en Arabia Saudita. Es el regreso de los delitos de pensamiento. Y es una actitud anticientífica: esta semana James Damore fue despedido de Google básicamente por divulgar ciencia (políticamente incorrecta).
- Curiosamente, lo de Charlottesville y el resurgimiento de la escoria de la humanidad es un producto del segundo alcance. Porque, ¿qué más efectivo para socavar la democracia que el totalitarismo?
Por hacer una comparación, en los 60, el Movimiento de Derechos Civiles *protegió* a los manifestantes nazis cuando fueron a Skokie (donde había muchos supervivientes del Holocausto), no porque estuvieran de acuerdo con ellos, sino porque entendían que la igualdad se logra y refuerza cuando el sistema protege todas las expresiones, incluyendo y más especialmente las que son antitéticas al mismo; que no es lo mismo que aceptarlas, promoverlas, incluirlas o dejarse permear por ellas.
El segundo alcance pasa del plano de las ideas (el sistema no se infecta con intolerancia) al plano de los individuos y, básicamente, se puede resumir en: "si no compartes los valores del sistema, este no tiene por qué brindarte sus garantías". Si te parece haberlo escuchado antes, probablemente sea así: "Despojemos de sus derechos democráticos a los musulmanes porque no comparten nuestros valores", "la pena de muerte es aceptable para los asesinos", "el discurso del odio debería ser prohibido y quienes lo pronuncien encarcelados".
Si te fijas bien, el segundo alcance es intolerante en sí mismo; censor, totalitario y completamente autoderrotista porque, en últimas, si sólo toleras y le extiendes derechos a quienes piensan como tú, tolerante, lo que se dice tolerante, no eres (y, en puridad, terminarás solo, porque nadie piensa 100% como los demás). Además es bastante peligroso, porque lo que realmente hace es reforzar todos los discursos socialmente aceptables y prohibir los demás. Y en países profundamente religiosos, donde la peste ensotanada o el estafador de turno, gozan de popularidad, terminan los ateos, las mujeres, los LGBTI condenados al ostracismo (o la esclavitud, o la muerte) porque cualquier cosa que digan será discurso del odio; para la muestra la estupidez de la "ideología de género" con la que mueven borreguitos masticando odio a raudales, o la condena a Raif Badawi en Arabia Saudita. Es el regreso de los delitos de pensamiento. Y es una actitud anticientífica: esta semana James Damore fue despedido de Google básicamente por divulgar ciencia (políticamente incorrecta).
- Curiosamente, lo de Charlottesville y el resurgimiento de la escoria de la humanidad es un producto del segundo alcance. Porque, ¿qué más efectivo para socavar la democracia que el totalitarismo?
Por hacer una comparación, en los 60, el Movimiento de Derechos Civiles *protegió* a los manifestantes nazis cuando fueron a Skokie (donde había muchos supervivientes del Holocausto), no porque estuvieran de acuerdo con ellos, sino porque entendían que la igualdad se logra y refuerza cuando el sistema protege todas las expresiones, incluyendo y más especialmente las que son antitéticas al mismo; que no es lo mismo que aceptarlas, promoverlas, incluirlas o dejarse permear por ellas.
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Elías Sanson
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