Gracias, pero no ha servido de nada. He borrado todas las cookies, tanto de Chrome como de Torch, y sigo igual, solo con acceso a Google, Twitter, Facebook y Youtube, nada más. ¿Hay algún informático, o persona que sepa algo de estos temas, en la sala?
¡La tengo a medias! Y si mi ordendor sigue dando problemas (¿alguien sabe cómo solucionar el "ERR_EMPTY_RESPONSE"?), me da que no la voy a acabar de ver, hasta dentro de mucho.
¿A lo otro ya no contestas no? De quien de mg o te hace una pregunta con su numero. (Hablo de lo del Whatsapp)
No.
Cada vez que subes alguna foto tuya recuerdo la primera pregunta que te hice, que fue sobre lo adorable que eres, y que es verdad, tenía demasiada razón entonces. Es usted realmente adorable, señor Jacques.
Voy a decir sólo una de ambas, que si no, no acabo. Si hay algo que me gusta de Francia (y de otros muchos países), que echo mucho en falta es el respeto, tanto por la gente, como por el silencio. Se sabe que hay españoles, si hay ruido. Y una cosa que no me gusta, es que en algunas zonas, he notado cierto desprecio hacia Bélgica, una pena, ya que tengo a ese país en el mismo pedestal que Francia.
Tus fotos son lo más homosexualmente sensual que he visto hoy. Un poco por encima del rabo que me he comido esta tarde y todo.
Y eso que aún no me han pasado las fotos en las que salgo haciendo fotos (redundancia), en posturas más que insinuantes (homosexualmente hablando). Y no sé si te has fijado, pero en la primera foto, llevo una flor en la oreja.
¿Maracuyá no tenía como nombre en Francia fruta de la pasión?
Quitaría el anónimo pero es que me parece que mis preguntas suelen ser aveces una estupidez.
Veo que no lo has pillado. Pues sí, será mejor que sigas en el anonimato.
Desde siempre, se podría decir que a cuanto más descubría de ese país, más me gustaba. No hubo ningún desencadenante en especial. Simplemente una gran cantidad de momentos inolvidables, en esas tierras. Como el estar viendo el atardecer desde unos acantilados de la costa normanda, con los restos de búnkeres alemanes conquistados por la naturaleza y el paso del tiempo, y pensar «Sí, me ecanta esto».