Brother Sparrow

Siempre he sido una persona con una mente muy curiosa. Una vez visite a cierto grupo, supuestamente mentalistas, que se anunciaban por televisión, tenían su programa y toda la cosa. Tendría yo unos 13 años y sentía mucha curiosidad e interés por ellos porque parecían ayudar a las personas y yo ansiaba conocer a personas con esa clase de «talentos». Ahorre el dinero necesario para pagarme a mí y a mi abuelita el pasaje —no podía ir yo sola, como bien comprenderán, dada la lejanía de la otra ciudad— hacia la ciudad más cercana a la mía donde tenían una sucursal y solo me basto esa corta entrevista con uno de ellos para darme cuenta de lo ingenua e inocente que yo era al haber creído por varios meses en ellos. Entre con mi abuelita dentro de la pequeña habitación donde eran las citas y se podía apreciar un olorcillo agradable, el hombre nos recibió con una sonrisa y vestido de una túnica blanca porque ya pueden imaginarse que a este tipo de personas les gusta lo histriónico para causar mayor impresión en las personas y a mayor impresión la fe aumentaría y eso significaría mayor desembolso y mayor ganancia para ellos, ese detalle fue el primero en desagradarme seguido del hecho de que no respondió ninguna de mis preguntas, que eran pocas, creo que había preparado con la mayor ilusión unas tres si mal no recuerdo, y solo atino a comentar que era yo una chica muy «curiosa» y acto seguido se dirigió a mi abuelita, le dijo que podía ver que era una mujer que había pasado por grandes sufrimientos y bla bla bla, y le advirtió sobre un trabajo que le habían realizado por envidia a ella, y nos pidió que regresáramos dentro de una semana —en mis adentros lo maldije porque no podía yo esperar una semana en esa ciudad porque eso me costaría más dinero, ni podía yo darme el lujo de regresar— y que le lleváramos los ingredientes que nos dictaba. Mi abuelita y yo nos volteamos a ver, le dimos las gracias y nos fuimos. Su forma de hablar tan genérica me abrió los ojos a el timo y la charlatanería de este grupo y eso me hizo pensar muchas cosas con respecto a los adivinos, mentalistas, psíquicos y demás fauna similar.

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Pero fue una experiencia que lejos de decepcionarme me dio una de las mejores lecciones de aprendizaje con ese tipo de personas que utilizan la buena voluntad, la ingenuidad y la ignorancia de las personas para hacer negocios y engañar.

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Esta imagen, por ejemplo.

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Justo la he visto anoche en las redes sociales por el fallecimiento de Carrie Fisher y no sé, que me ha conmovido la imagen y el dialogo ligeramente modificado, quizá porque me gustaba y admiraba el personaje de la Princesa Leia y por todo lo que representaba —se llega uno a encariñar de la actriz que le dio vida— o quizá porque hoy me duele más ya que me recuerda también la partida de alguien muy especial para mí y el vació que me dejo. La imagen trata de una versión de la princesa Leia y R2-D2 con el dialogo que tienen el Principito y zorro en la novela «El Principito» de Antoine de Saint Exupéry —que por cierto también es uno de mis libros consentidos— y de inmediato me entro una nostalgia y tristeza, es una bella imagen sin duda.

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«You're one with the force now»

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