Hola, Nocturno. Usted es antinacionalista. Considera imbéciles a los nacionalismos. ¿Por qué? Yo creo que hay nacionalismos que, sin compartirlos, los encuentro egoístas, pero no imbéciles.
Porque establecen una diferencia entre los seres humanos por el accidente geográfico de su nacimiento.
Toda discriminación basada en lo que la gente _es_ resulta imbécil. No es razonable ni explicable que decidas que alguien no merece la misma atención que tú porque tiene distinto color, o distinto idioma, o distintas creencias, o se enamora de gente distinta, o es alto, bajo, gordo, rubio, mujer, de dedos largos o hijo de un asesino o de un héroe. Consideramos que esas formas de discriminación son imbéciles. Si aceptamos eso, resulta indispensable aceptar que es igualmente irracional (e imbécil) decir que tú mereces tener una vida mejor que otro porque tú naciste de un lado de una línea imaginaria en el suelo y él tuvo la desgracia de nacer del otro lado de esa línea y por tanto tú eres de nacionalidad X, los buenos, y la otra persona es de nacionalidad Y y son los malos, los explotadores, los que nos roban.
Las líneas en el suelo las pusieron los seres humanos para crear un "nosotros" y un "ellos" que permita inventar diferencias profundas a partir de lo superficial. Son enemigas de los que quedan a ambos lados.
La nacionalidad, con todo lo que la acompaña -no siempre- (cultura, idioma, costumbres, ropa, un trapo rectangular llamado bandera, una canción militar llamada himno, bailecitos, canciones, etc.) es un accidente irrelevante. Es imbécil estar "orgulloso" de nacer en un lugar determinado y de sus héroes locales y de los logros de su pasado, que NO son tuyos. Es imbécil sentir que debes heredar los odios, los enfrentamientos bélicos y los zapatos de tus ancestros, y que debes amar más su forma de ser que la de los del país de enfrente. Te comprometes a despreciar sus ideas, a considerarlos según los prejuicios y a autoexaltarte con base en cosas que no hiciste al tiempo que odias a quienes ni siquiera conoces porque son "detalpaíseños" malditos y no "denuestropaíseños".
Se me ocurren pocas cosas más imbéciles que el nacionalismo y todo lo que lo rodea, salvo quizás la religión. Pero el nacionalismo es una religión laica. Loor a los héroes, morir por la bandera, la patria, el odiado enemigo... todo es extrañísimo si lo miras abandonando la óptica nacionalista.
Una anotación más sobre las culturas: no existen, son otra categoría imaginaria. Hay variantes de la cultura humana, pero todas son patrimonio de todos. Yo no tengo por qué aplaudir a un cantante por ser mexicano y denigrar a otro porque es estadounidense, si el blues es tan mío como la música china o el sirtaki griego o el arpa irlandesa. Puedo gozar de _toda_ la cultura, de todos los escritores, de todos los artistas, tomar la cultura humana como un todo propio del qué preservar lo mejor _porque es más útil_ y no porque sea el de mi abuelo.
Quita el concepto de "mi cultura es preferible a la tuya" y el nacionalismo se derrumba como lo que es, un castillo de naipes profundamente imbécil, irracional, inhumano y denigrante.
Toda discriminación basada en lo que la gente _es_ resulta imbécil. No es razonable ni explicable que decidas que alguien no merece la misma atención que tú porque tiene distinto color, o distinto idioma, o distintas creencias, o se enamora de gente distinta, o es alto, bajo, gordo, rubio, mujer, de dedos largos o hijo de un asesino o de un héroe. Consideramos que esas formas de discriminación son imbéciles. Si aceptamos eso, resulta indispensable aceptar que es igualmente irracional (e imbécil) decir que tú mereces tener una vida mejor que otro porque tú naciste de un lado de una línea imaginaria en el suelo y él tuvo la desgracia de nacer del otro lado de esa línea y por tanto tú eres de nacionalidad X, los buenos, y la otra persona es de nacionalidad Y y son los malos, los explotadores, los que nos roban.
Las líneas en el suelo las pusieron los seres humanos para crear un "nosotros" y un "ellos" que permita inventar diferencias profundas a partir de lo superficial. Son enemigas de los que quedan a ambos lados.
La nacionalidad, con todo lo que la acompaña -no siempre- (cultura, idioma, costumbres, ropa, un trapo rectangular llamado bandera, una canción militar llamada himno, bailecitos, canciones, etc.) es un accidente irrelevante. Es imbécil estar "orgulloso" de nacer en un lugar determinado y de sus héroes locales y de los logros de su pasado, que NO son tuyos. Es imbécil sentir que debes heredar los odios, los enfrentamientos bélicos y los zapatos de tus ancestros, y que debes amar más su forma de ser que la de los del país de enfrente. Te comprometes a despreciar sus ideas, a considerarlos según los prejuicios y a autoexaltarte con base en cosas que no hiciste al tiempo que odias a quienes ni siquiera conoces porque son "detalpaíseños" malditos y no "denuestropaíseños".
Se me ocurren pocas cosas más imbéciles que el nacionalismo y todo lo que lo rodea, salvo quizás la religión. Pero el nacionalismo es una religión laica. Loor a los héroes, morir por la bandera, la patria, el odiado enemigo... todo es extrañísimo si lo miras abandonando la óptica nacionalista.
Una anotación más sobre las culturas: no existen, son otra categoría imaginaria. Hay variantes de la cultura humana, pero todas son patrimonio de todos. Yo no tengo por qué aplaudir a un cantante por ser mexicano y denigrar a otro porque es estadounidense, si el blues es tan mío como la música china o el sirtaki griego o el arpa irlandesa. Puedo gozar de _toda_ la cultura, de todos los escritores, de todos los artistas, tomar la cultura humana como un todo propio del qué preservar lo mejor _porque es más útil_ y no porque sea el de mi abuelo.
Quita el concepto de "mi cultura es preferible a la tuya" y el nacionalismo se derrumba como lo que es, un castillo de naipes profundamente imbécil, irracional, inhumano y denigrante.