Evelyn García Tirado

¡FELIZ DÍA, PAPÁ, Y UN PRECIOSO CUMPLEAÑOS! 
Papá, gracias por ser un gran padre, un gran hijo y esposo, un gran tío, un gran primo y amigo. Gracias por enseñarnos a todos que debemos luchar hasta el final, sin que importe el cansancio. Creo que heredé de ti tu espíritu rebelde, tu gusto por la lectura, tu sentido del humor, y tu amor por el canto, los platos picantes, los adoquines de cocoa, las caminatas largas, los vagabundeos por la ciudad y una curiosidad insaciable. También tu espíritu crítico, he heredado tu facilidad para encontrar las incoherencias en un discurso cualquiera. Heredé tu risa fuerte y contagiosa, muchas de tus palabras y frases favoritas y esa forma tan imprevista de abordar a un desconocido (o a un famoso) si despierta nuestro interés. Recuerdo siempre nuestros paseos por las librerías y discotiendas de Breña (sobre todo a un local muy escondido de discos y casetes, donde lo pusimos al dueño de cabeza porque lo desordenábamos todo, jajajaa, pobre viejito), nuestras interminables conversaciones en el chifa La Gran Muralla con una Inca Kola de por medio y una fuente de langostinos o pollo con champiñones (donde hablábamos de religión, política, ciencia, literatura, deporte, de la vida y de mil cosas), y del delicioso zanguito que comíamos en las afueras del Mariano Melgar, donde estudiaste y donde tienes tantas anécdotas. Solo contigo soy extrovertida y converso y me río mucho, yo, que siempre he sido tan horriblemente tímida. Gracias por haberme escuchado y soportado. Perdón por haberme vuelto tan triste y huraña, he pasado por tantas cosas feas y he tenido tantas enfermedades que me he vuelto así y ni yo misma me reconozco. Pero en el fondo de mi corazón, siempre te he querido, estoy consciente de que no he podido tener un padre mejor que tú, siempre nos preferiste, a Josi y a mí, frente a tantas personas, a pesar de tantos problemas. Una vez lloraste de desesperación y nosotras lloramos contigo, pero nunca nos abandonaste. Nos enseñaste a nunca traicionar a los amigos, a la pareja, a no pisar cabezas en los empleos, aunque eso fuese beneficioso para nosotras, a no traicionar nuestros principios. Luchaste hasta el final por la vida de nuestra madre y no fue una lucha vana, porque de esa lucha sin cuartel Josi y yo aprendimos tanto. Siempre emprendiste luchas que parecían imposibles y aunque todo parecía perdido, lo diste todo de tu parte. También nos enseñaste a no guardar rencor si alguien nos hacía daño y a honrar la memoria de nuestros muertos, la foto de mi abuela María te acompaña a donde vas e incluso le hablas de forma graciosa y le haces bromas, si alguien más se encuentra presente. Creo que ella te cuida y te mira con amor desde el cielo y se siente tan orgullosa de que seas su hijo. También he heredado de ti la impulsividad y el carácter fuerte, pero aunque hemos peleado algunas veces, que aunque fueron pocas abrieron heridas profundas en ambos, quiero que sepas que mi amor es más fuerte

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Lo que aprendí en el 2004, cuando vi por primera vez El viaje de Chihiro, es que la actitud que uno tenga al enfrentar la vida lo es todo. No siempre he podido mantenerme serena, pero luego de ver la peli, dejé de sentir ansiedad durante las clases de Historia del Arte, que impartía en San Marcos, un profesor español al que le encantaba burlarse de los alumnos. Un mañana me pidió que me levantara de la carpeta para que respondiera algunas preguntas sobre el curso. Me preguntó algo sobre arquitectura y pintura prehistórica y yo le respondí de manera tan tranquila que mis amigos se quedaron en silencio total pero a él lo irrité. Me hizo luego más preguntas, pero felizmente había estudiado en la biblioteca (me gustaba mucho estudiar los libros de arte sumerio y egipcio) y seguí respondiendo con firmeza, hasta que el profesor se aburrió y me dejó en paz. Creo que en parte eso no hubiese sido posible sin antes haber visto la película de Miyazaki, por lo que me reafirmo en la idea de que el verdadero arte te ayuda a enfrentar la vida y no a evadirte de ella, como suelen asegurar algunos. :)

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https://www.youtube.com/watch?v=dDDsbOX8aug

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Esta muñeca es de Hermelinda, la hermana mayor de mi bisabuela cajamarquina. Calculo que la recibió a fines del siglo XIX, durante la Guerra del Pacífico. Luego se la heredó a Mavila, mi abuela, porque era la niña más cuidadosa que conocía. Le dio otras muchas muñecas que venían principalmente de Francia. A pesar que las otras muñecas eran más bellas y tenían largas cabelleras y vestidos ostentosos, esta era la preferida de mi abuela y la llamó Juana. Ese mismo nombre le puso a su primogénita. Cuando Mavila murió, sus hijas heredaron la muñeca y solo llegó a mis manos la cabeza y el torso. Se la quise devolver compuesta a mi tía Juana y la llevé a una clínica de muñecas que está en Santa Beatriz. Ahí le cosieron un cuerpito, ropa interior y un vestido con cintas. Y ahora luce así, lista para ir a una fiesta. ?

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