Nunca se le oyó decir una palabra de amor, pero sabia convertir el silencio en elocuentes palabras que expresaban de manera irresistible la idea del amor. El suave temblor de los ojos, el tono de voz, la ternura que sabía hacer brollar en cada palabra y en cada gesto… Aprendió a gestionar la elocuencia del corazón, que se puede escuchar, pero no describir.
Estás de acuerdo de que los perros/as se parecen a los amos?
Muy bien ahora salimos mis abuelos mis tíos y mis primos y yo para la playa que vamos a pasar el día a comer por ahí y jugar con los peques por la playa 😍