▌Bolton, 1994.
Desde que mi padre me había regalado mi primera guitarra eléctrica antes de irse, yo me había obsesionado completamente con la música. Era todo en lo que pensaba desde que me despertaba por las mañanas hasta que me acostaba por las noches. Había momentos en los que mi madre se volvía completamente loca y me obligaba a parar de tocar. Yo no sabía qué era leer una partitura, ni siquiera era capaz de aprender una canción si la escuchaba, pero estaba clarísimo que tenía muchísimas ganas de aprender a hacerlo. Tocaba cosas sin sentido y hacía más ruido que otra cosa, pero a mí me encantaba hacerlo.
Mi madre se dio cuenta rápido de lo mucho que me gustaba y de la ilusión que tenía por aprender, pero la economía en casa no es que estuviera demasiado bien desde que mi padre había decidido no soltar ni un mínimo de dinero para ayudarnos. Se despreocupó totalmente de la que era su familia, aunque claro, nosotros no sabíamos que estaba manteniendo a otra familia. De igual modo, nada cambió ese aspecto.
— Danny, mi amor, ¿te gustaría apuntarte a clases de guitarra?
— No hay nada que me gustaría más, mami…
— Pero sabes que no estamos muy bien de dinero desde que tu padre se fue, ¿verdad?
— Sí, lo sé. Por eso no pasa nada. Yo puedo aprender solo…
(...)
▌Bolton, 2002.
— Mamá, ¿podemos hablar?
— Claro, mi amor. ¿Qué ocurre?
—Cuando termine el instituto no voy a seguir estudiando.
— Oh, no. Claro que vas a seguir estudiando. Es lo que tienes que hacer para ganarte un futuro.
— No discutas conmigo porque ya lo he decidido. No quiero seguir así. Te pasas el día trabajando para que yo tenga una vida como la de cualquier chico normal, pero se te está olvidando que tú también tienes derecho a vivir tu vida. Voy a empezar a trabajar y yo cuidaré de ti tal y como tú llevas cuidando de mí todos estos años.
— A veces me pregunto cómo es que eres tan bueno y noble… Pero no me perdonaría que sacrificases tu vida por mí, Danny.
— Pero es que es justamente lo que estás haciendo tú conmigo y no es justo.
— Porque eres mi hijo.
— Y tú eres mi madre. La única que tengo y la única que tendré. Así que, por favor, no me trates como a un crío y déjame que haga esto. Además, los dos sabemos que no valgo para estudiar.
— Pero sí vales para la música. Y sí vales para estudiar, solo que eres un poco vago y estás obsesionado con ser como Springsteen.
— ¡Ah! ¿De quién puede ser la culpa de mi obsesión por él? Va en serio, ma.
— ¿En qué has pensado?
— ¿Conoces la tienda de discos que tiene el viejo Joe? He estado hablando con él y me ha dicho que puedo echarle una mano. No es que me vaya a pagar mucho, pero como prácticamente vivo allí, sabe que le podría venir bien.
— Algún día acabarás conmigo…
Completo en vk:
https://vk.com/dannyjonesm?w=wall564538127_790View more