#jardines

/Soy de Colombia. ┇ De mi Colombia admiro la resiliencia de la gente, nuestras raíces, nuestra música, sus deportistas. La gente acá es super amable, cálida y hospitalaria. Las playas lo que son de Cartagena, Santa Marta son mi preferidas. Variedad de sitios turísticos y los de mi ciudad unos de los que he llegado a visitar al lado de mi familia han sido a Guatapé, La Piedra de Peñol, Comuna 13 Grafiti Tour (hace un mes fui y me encantó), A las atracciones como El parque Explora, Museo de Antioquia, Jardín Botánico, Pueblito Paisa, Plaza Botero, El castillo Museo y Jardines, Parque Arví, Planetario de Medellín, Parque Lleras, Parque de los Pies Descalzos, Parque Piedras Blancas, Parque de los Deseos. La comida es ¡Espectacular! más que todo acá en mi tierra lo que es la bandeja paisa, fritanga, empanadas, pandebono, las obleas rellenas de dulce de leche, mermelada, leche condensada, crema de leche y hasta queso!. Detesto la corrupción y la tendencia de políticos, la delincuencia de algunos que nos han hecho quedar mal ante todo el mundo. Y sí, me gusta mucho el café.

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- Ahora que Pim no está aquí para hacer sus trucos, - Decía la navegante mientras arrancaba carteles de "Se busca" a su paso, sumándolos entre sus manos al folleto - no tenemos más opción.

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Y realmente se estaban quedando sin alternativas. Si bien su primera opción era que los guardias se olvidaran de su existencia, ese plan se había reducido a cenizas tan pronto el pecoso fue expulsado del cuartel. Quizás lo que les salvaría ahora sería aparentar que realmente habían sido invitados a esa fiesta. Tan sólo les quedaba confiar en que Antje, quizás, podría estar de su lado.

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Tampoco tardaron demasiado en dar con ella, su marido les había indicado bien.
Tras unas cristaleras de contorno forjado y escuetas filigranas, se encontraba un patio algo distinto a los demás, no parecía ser de armas. Con unos arbustos florales y un par de bancos de piedra grisácea, no era tal vez el más bello de los jardines, pero sí parecía una zona de descanso para los guardias.

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La pelinegra se levantó sobresaltada de uno de los asientos al ver, de nuevo, a parte de la tripulación de los mugiwara. Miró a su alrededor para asegurarse de que nadie les había visto. Esta vez, además, mantuvo las distancias y parecía mucho más tensa, incluso con cierto temor debido al accidentado encontronazo anterior.

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Sus primeras palabras para ellos fueron algo que sí le había llamado la atención.

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- ¿Habéis visto a Mauryce? ¿Y cómo...?

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- Todos los piratas tienen sus trucos~ - Contestó rápidamente Nami, puesto que era evidente que su contraria no entendía por qué no los había echado o capturado.-

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- ¿Y Pim? ¿¡Le ha hecho algo a Pim!?

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- Le ha hechado a patadas. -Señaló el capitán hacia atrás sin darle demasiada importancia. - ¡Por eso nos tienes que ayudar, Antchi!

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A pesar de que Luffy no le había dado menor importancia, ese especial interés por el pecoso no había pasado desapercibido ni para el cocinero ni para la navegante, quienes detrás del capitán, se dedicaron una mirada cómplice y de desconcierto.

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Nunca he salido de fiesta como tal, pero sí que quedaba con los colegas teniendo yo de 16 a 17 años para beber en alguno de los jardines comunitarios de su casa mientras nos echábamos los unos a los otros las cartas del Tarot, jugábamos a verdad o atrevimiento, contábamos historias de miedo o nos poníamos a bailar con la música alta y fumábamos tabaco o cachimba.

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He de decir que a pesar de ello, si nos llamaban la atención nos íbamos sin decir nada, jamás buscamos bronca con nadie ni estando ebrios y jamás lo hicimos más allá de las doce de la noche. No queríamos generar molestia a nadie.

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Bebíamos cerveza, vodka, algún cubata, calimocho...

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Después comencé a quedar con mi mejor amiga que no bebía ni fumaba, que era de cuidarse muchísimo y cambié todo eso por hacer deporte 24/7 con ella.
Fuimos a las clases gratuitas de autodefensa que impartía el ayuntamiento y la verdad es que lo disfruté muchísimo.
Además fue quien me enseñó a montar en bicicleta (sí a los 18 años 😂).

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Después el bae y yo tuvimos nuestra racha de bebernos una litrona de cerveza cada uno, una sangría entre los dos, fumar cachimba (donde a veces sustituimos el agua por alcohol) y más cuando caí yo en depresión.
Pero esa es otra historia que no me apatece contar ahora.

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Ahora prefiero los planes tranquilos, a penas bebo alcohol, pero sí fumo tabaco.

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Eso no es un dicho, es una creencia popular.

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Y actualmente dejó de aplicar (si es que en algún momento lo hizo), con la tendencia de los jardines y huertos urbanos, la estética 'boho chic' y el boom de los hobbies de "cuarentena"... Las generaciones jóvenes aman las plantas!! Y cuidar de ellas para exhibirlas en las redes sociales.

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Personalmente también sería la excepción a la regla, desde siempre me han encantado y recuerdo vividamente como de pequeña me enervaba ver personas arrancando hojas o flores, pasando de forma inconsiderada sobre las plantas o simplemente usando los jardines como basureros. 😅 Antes de la pandemia solía visitar constantemente el jardín botánico porque es de mis lugares favoritos, no solo por su belleza sino también por el ambiente... me recarga estar en medio de la naturaleza (de forma segura y controlada); además me enorgullezco de saber reconocer varias especies de plantas 😋, soy esa persona a la que siempre le preguntan: ¿Y ese árbol/flor cuál es?

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📸: Plants are our friends

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No comadre, aquí todo está cerrado: Jardines Infantiles, Colegios, Universidades. Todos tomando clases online (supuestamente) No más anecdótico de esto, es que en el caso de los alumnos de Enseñanza Básica (preparatoria) son los padres, los que sufren con las tareas y trabajos que los profesores les dan a sus alumnos; ya que los padres, son los que terminan haciendo esos trabajos junto a sus hijos jajá. Definitivamente la educación online para los niños no sirve. Y lo otro, es que los Estudiantes Universitarios, hace poco hicieron una "Paro Online", debido a que consideraban que estaban siendo estresados con tanto estudio jajá. Comadre, son terribles los Millenials y los Zentenials; generaciones de mierd**, súper vagos y cómodos jajá. Me avergüenza pertenecer a esta generación. Y, yo creo que este año escolar no debería de contar; se debería de dar por perdido. Si esto sigue, lo mejor seria que declarar "estudios libres".

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Depende qué siete maravillas.
Si son las del mundo antiguo (ocidental):
La Gran Pirámide de Guiza.
Los Jardines Colgantes de Babilonia.
el Templo de Artemisa en Éfeso.
la Estatua de Zeus en Olimpia.
el Mausoleo de Halicarnaso.
el Coloso de Rodas.
el Faro de Alejandría.
Y eligiría la Gran Pirámide porque es la única que queda en pie.
Si son las elegidas en la actualidad por votación mundial:
Chichén Itzá en México.
El Coliseo de Roma, en Italia
La estatua del Cristo Redentor, en Río de Janeiro, Brasil.
La Gran Muralla China, en China.
Machu Picchu, en Perú
Petra, en Jordania.
El Taj Mahal, en Agra, India.
Y elegiría Machu Pichu, un lugar mágico que gracias a Dios visité.
Y si son las naturales (también por votación):
Montaña de la Mesa
Cataratas del Iguazú
Amazonia
Bahía de Ha-Long
Isla Jeju
Parque Nacional de Komodo
Río Subterráneo de Puerto Princesa
Y elegiría las Cataratas del Iguazú. Y no porque en su mayor parte pertenezcan a mi país, sino por su grandiosidad y el paisaje selvático que la rodea.
Dicen que cuando Eleanor Roosevelt las visitó exclamó "¡Pobre Niágara!”.
Real o no, vale la pena verlas aunque mas no sea una vez en la vida.
https://www.youtube.com/watch?v=9lfMb20QLXg&feature=youtu.be

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Emma no dijo absolutamente nada en todo el camino, ni siquiera cuando estaciono el vehículo y se quedó pensando otra vez en el rostro endemoniado de la niña que le había sonreído la última vez o cuando vio aquella figuras largas y oscuras pisándoles los pies a los demás infantes que corrían, ignorantes a las sombras que los acechaban. Vio a Adrián bajarse y, entrecerrar los ojos, aun con las gafas de sol encima. Por un instante pensó en que lo bueno de ser una “hibrida” era que casi no sufría de malestares como los que aquejaban a su amigo.

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Constantine le había dado una misión y ella solo lo miro de reojo como quién dice “Tú no me das órdenes”. Espero a que los dos hombres se alejaran lo suficiente y luego bajo del vehículo con completa calma. Mientras se ataba el cabello en una coleta alta,

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–Bien, a trabajar –Se dijo a sí misma, caminando hacia el lugar a paso decidido.

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Cruzo un camino de piedra, rodeado de cipreses hasta quedar al frente de uno de los jardines del orfanato. A su izquierda, se encontraba parte del antiguo edificio, con su arquitectura victoriana única, tal y como ella lo recordaba. Levanto la mirada hasta el cuarto piso y de ahí al suelo nuevamente, hacia las altas ventanas de vidrio, y los rosales que las decoraban. Unos metros más al frente de ella, se encontraba un pasillo amplio, bajo techo, que conectaba el edificio a su izquierda con otro que se encontraba a su derecha y por detrás, la misma estructura se repetía. Por último, girando completamente hacia su derecha, ignorando la fuente de agua, los columpios y toboganes, se podía observar una de las canchas del orfanato. Todos los niños correteaban alegremente y, por un instante, Emma se quedó mirándolos, sin ningún otro motivo que no fuera el simple hecho de observarlos. Recordó que durante su infancia, adoraba jugar a "las traes" y a "las escondidas" y sonrió inconscientemente.

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Hola, Breen, de nada. Ya te dije que me gusta tu cuenta, este verano leo cuentos de Poe y Lovecraft, un saludo ?
? Literatura
Lovecraft, H.P. (Providence, Rhode Island, USA. 1890/1937)
El Ceremonial (1923) ♣ Parte 1
?
Me encontraba lejos de casa, y caminaba fascinado por el encanto de la mar oriental. Empezaba a caer la tarde, cuando la oí por primera vez, estrellándose contra las rocas. Entonces me di cuenta de lo cerca que la tenía. Estaba al otro lado del monte, donde los sauces retorcidos recortaban sus siluetas sobre un cielo cuajado de tempranas estrellas.

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Y porque mis padres me habían pedido que fuese a la vieja ciudad que ahora tenía a paso, proseguí la marcha en medio de aquel abismo de nieve recién caída, por un camino que parecía remontar, solitario, hacia Aldebarán -tembloroso entre los árboles-, para luego bajar a esa antiquísima ciudad, en la que jamás había estado, pero en la que tantas veces he soñado durante mi vida.

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Era el Día del Invierno, ese día que los humanos llaman ahora Navidad, aunque en el fondo sepan que ya se celebraba cuando aún no existían ni Belén ni Babilonia ni Menfis ni aun la propia humanidad. Era, pues, el Día del Invierno, y por fin llegaba yo al antiguo pueblo marinero donde había vivido mi raza, mantenedora del ceremonial de tiempos pasados aun en épocas en que estaba prohibido.

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Al viejo pueblo llegaba, cuyos habitantes habían ordenado a sus hijos, y a los hijos de sus hijos, que celebraran el ceremonial una vez cada cien años, para que nunca se olvidasen los secretos del mundo originario.

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Era la mía una raza vieja; ya lo era cuando vino a colonizar estas tierras, hace trescientos años. Y era la mía una gente extraña, gente solapada y furtiva, procedente de los indolentes jardines del Sur, que hablaban otra lengua antes de aprender la de los pescadores de ojos azules. Y ahora estaba esparcida por el mundo, y únicamente se reunía a compartir rituales y misterios que ningún otro viviente podría comprender.

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Yo era el único que regresaba aquella noche al viejo pueblo pesquero como ordenaba la tradición, pues sólo recuerdan el pobre y el solitario.

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Después, al coronar la cuesta del monte, dominé la vista de Kingsport, adormecido en el frío del anochecer, nevado, con sus muelles, los puentes, los sauces y cementerios. Los interminables laberintos de calles abruptas, estrechas y retorcidas, serpenteaban hasta lo alto de la colina donde se alzaba el centro de la ciudad, coronado por una iglesia extraña que el tiempo parecía no haber osado tocar.

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Una infinidad de casas coloniales se amontonaban en todos los sentidos y niveles, como las abigarradas construcciones de madera de algún niño. Las alas grises del tiempo parecían cernerse sobre los tejados y las nevadas buhardillas. Los faroles y las ventanas emitían en la oscuridad unos reflejos que iban a juntarse con Orión y las estrellas primordiales.
[...]

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