¿La capacidad del hombre/mujer está en el objetivo que persigue?
No creo que resida únicamente en el objetivo que persigue.
Evidentemente, es un buen punto de partida el hecho de apostar por una meta concreta. Saber, a ciencia cierta, hacia dónde vas.
Tener claro lo que quieres es vital para tratar de obtenerlo. Sí, esto puede sonar redundante, pero no es tan sencillo. Conozco a varias personas que se sienten tremendamente frustradas por no ser capaces de encontrar ese punto de apoyo.
Y, también, es positivo que, esa meta, suponga un reto real. Que verdaderamente sea difícil de conseguir. Que crezcas en el proceso.
Pero, de nada sirve todo esto sin la presencia de la constancia.
Yo mismo puedo decidir, en este instante, que quiero ser arqueólogo. Morirá únicamente como pensamiento si, desde el primer día que lo piense, hasta el día en el que lo consiga, y, por supuesto, después de ese, no dirijo todos mis esfuerzos y aptitudes a romper esa barrera.
No perder nunca de vista el objetivo y trabajar todos los días para estar, aunque sea, mínimamente, más cerca, es lo que define la capacidad de cada uno/a.
Aún así, hay que tener cuidado a la hora de saber valorar dónde ponemos el límite de lo posible, teniendo en cuenta los recursos de los que disponemos.
No debemos olvidar que, la vida, no es más que una gestión permanente de expectativas.
Evidentemente, es un buen punto de partida el hecho de apostar por una meta concreta. Saber, a ciencia cierta, hacia dónde vas.
Tener claro lo que quieres es vital para tratar de obtenerlo. Sí, esto puede sonar redundante, pero no es tan sencillo. Conozco a varias personas que se sienten tremendamente frustradas por no ser capaces de encontrar ese punto de apoyo.
Y, también, es positivo que, esa meta, suponga un reto real. Que verdaderamente sea difícil de conseguir. Que crezcas en el proceso.
Pero, de nada sirve todo esto sin la presencia de la constancia.
Yo mismo puedo decidir, en este instante, que quiero ser arqueólogo. Morirá únicamente como pensamiento si, desde el primer día que lo piense, hasta el día en el que lo consiga, y, por supuesto, después de ese, no dirijo todos mis esfuerzos y aptitudes a romper esa barrera.
No perder nunca de vista el objetivo y trabajar todos los días para estar, aunque sea, mínimamente, más cerca, es lo que define la capacidad de cada uno/a.
Aún así, hay que tener cuidado a la hora de saber valorar dónde ponemos el límite de lo posible, teniendo en cuenta los recursos de los que disponemos.
No debemos olvidar que, la vida, no es más que una gestión permanente de expectativas.