(Inserta algo)
Miras el móvil. Vuelves a mirarlo.
Esperas. No hay nada. De repente,
vibra. Tus pulsaciones se aceleran
como cuando aceleras una moto de
golpe, el famoso nudo escondido
que a veces tanto odias sube hasta
la garganta y los pelos se
manifiestan poniéndose en punta.
Ahí está: "Buenos días". Sonríes,
sin dejar de leerlo, una y otra vez.
Te das cuenta de lo mucho que
pueden afectarte unas simples
palabras como esas porque para ti
son algo mas que simples palabras
escritas. Alguien se ha acordado de
ti y a malgastado esos pocos
segundos en escribirte eso con una
finalidad que tu desconoces pero
que al fin y al cabo te alegra al
instante.
En ese momento tu mente empieza
a viajar, a pensar, a soñar. ¿Y si...?
¿Y si...? Te das cuenta de lo mucho
que te importa esa persona y
decides una cosa: Luchar, luchar
hasta ganar y poder decir que lo
has logrado, que eres feliz.
Esperas. No hay nada. De repente,
vibra. Tus pulsaciones se aceleran
como cuando aceleras una moto de
golpe, el famoso nudo escondido
que a veces tanto odias sube hasta
la garganta y los pelos se
manifiestan poniéndose en punta.
Ahí está: "Buenos días". Sonríes,
sin dejar de leerlo, una y otra vez.
Te das cuenta de lo mucho que
pueden afectarte unas simples
palabras como esas porque para ti
son algo mas que simples palabras
escritas. Alguien se ha acordado de
ti y a malgastado esos pocos
segundos en escribirte eso con una
finalidad que tu desconoces pero
que al fin y al cabo te alegra al
instante.
En ese momento tu mente empieza
a viajar, a pensar, a soñar. ¿Y si...?
¿Y si...? Te das cuenta de lo mucho
que te importa esa persona y
decides una cosa: Luchar, luchar
hasta ganar y poder decir que lo
has logrado, que eres feliz.