Mauricio me gustaría conocer tu opinión como periodista sobre la "entrevista" de Sean Penn al "Chapo" Guzmán, tú hubieras aceptado la entrevista sabiendo que no tienes control sobre las preguntas? http://www.rollingstone.com/culture/features/el-chapo-speaks-20160109
En primer lugar, claro que no le puedes dar el control al entrevistado. Esto se hacía cuando el presidente en México "elegía" a un periodista "amigo" para que lo entrevistara, éste mandaba las preguntas, se las cambiaban, las respondían por escrito y un día el periodista iba y se tomaba la foto con el presidente y luego publicaba la entrevista, que era suavecita y amable. Eso es una tomadura de pelo.
Dicho eso, el pequeño cuestionario infantil de Sean Penn no se llama "entrevista" ni en un diario escolar. Joder, mi primera entrevista (a los 16 años, al actor Carlos Ancira) era mucho más profunda, había yo hecho mis tareas mucho mejor (tienes que saber mucho del entrevistado) y estaba mejor preparada. Y no era ninguna maravilla, era una bobada de adolescente para el periódico escolar.
Sean Penn se creyó que como se toma fotos con dictadores y es famoso, preguntarle cuatro bobadas al Chapo ya era "una entrevista". Por algo la mayor parte de las 10 mil palabras de su articulillo es la historia ya conocidísima del Chapo (cualquiera la saca de Internet mejor que Penn) y, claro, de las andanzas emocionantes de Sean Penn que cree que es el protagonista de algo o que está en una película... el periodista debe ser transparente, no estar en la cara del lector, pues. Y las preguntas y las respuestas (sin repreguntas, sin profundizar, nada...) no valen una mierda. No te dicen nada de la realidad actual, del narcotráfico, del Chapo Guzmán como persona, como delincuente, como figura autoexaltada por su delirio de grandeza, no te dicen nada de cómo funciona nada ni en el personaje ni en el mundo donde vive el personaje, no son resultado de una investigación, de una lectura cuidadosa de lo que se sabe del personaje... son bobadas de fan adolescente: "¿Qué harías para cambiar el mundo?"... no me jodas, Penn, es pregunta que se le hace a Miss Ohio en un concurso de belleza, o a Justin Bieber... es el desperdicio más absoluto de tiempo, papel y atención imaginable. Y una ofensa. Al lector, que lo que recibe son "mis aventuras cojonudas" de Penn pero nada de entrevista, y al periodismo, porque es increíble que Rolling Stone quiera hacer pasar esa cosa por una pieza periodística o una entrevista.
Un periodista de verdad, que negociara con Guzmán, que pudiera entrevistarlo a fondo, podría haber ofrecido algo útil para el lector. En este caso no lo hay y me parece lamentable. Hay una historia qué contar, y nadie que la cuente. Un desastre.
Dicho eso, el pequeño cuestionario infantil de Sean Penn no se llama "entrevista" ni en un diario escolar. Joder, mi primera entrevista (a los 16 años, al actor Carlos Ancira) era mucho más profunda, había yo hecho mis tareas mucho mejor (tienes que saber mucho del entrevistado) y estaba mejor preparada. Y no era ninguna maravilla, era una bobada de adolescente para el periódico escolar.
Sean Penn se creyó que como se toma fotos con dictadores y es famoso, preguntarle cuatro bobadas al Chapo ya era "una entrevista". Por algo la mayor parte de las 10 mil palabras de su articulillo es la historia ya conocidísima del Chapo (cualquiera la saca de Internet mejor que Penn) y, claro, de las andanzas emocionantes de Sean Penn que cree que es el protagonista de algo o que está en una película... el periodista debe ser transparente, no estar en la cara del lector, pues. Y las preguntas y las respuestas (sin repreguntas, sin profundizar, nada...) no valen una mierda. No te dicen nada de la realidad actual, del narcotráfico, del Chapo Guzmán como persona, como delincuente, como figura autoexaltada por su delirio de grandeza, no te dicen nada de cómo funciona nada ni en el personaje ni en el mundo donde vive el personaje, no son resultado de una investigación, de una lectura cuidadosa de lo que se sabe del personaje... son bobadas de fan adolescente: "¿Qué harías para cambiar el mundo?"... no me jodas, Penn, es pregunta que se le hace a Miss Ohio en un concurso de belleza, o a Justin Bieber... es el desperdicio más absoluto de tiempo, papel y atención imaginable. Y una ofensa. Al lector, que lo que recibe son "mis aventuras cojonudas" de Penn pero nada de entrevista, y al periodismo, porque es increíble que Rolling Stone quiera hacer pasar esa cosa por una pieza periodística o una entrevista.
Un periodista de verdad, que negociara con Guzmán, que pudiera entrevistarlo a fondo, podría haber ofrecido algo útil para el lector. En este caso no lo hay y me parece lamentable. Hay una historia qué contar, y nadie que la cuente. Un desastre.