fluff sukaisoo
Los sábados a las ocho de la mañana, la ventana del frente está siempre cerrada y Jongin piensa en que, si él supiera cantar, le gustaría mucho tiene un vecino como el de Joey con el que canta "Mooorning's here!" cada mañana. Mientras él riega las plantas de la jardinera, Kyungsoo pone música en la cocina y su día de hacer el aseo comienza. Mientras uno pasa una jerga húmeda para quitar el polvo, el otro talla la regadera y todos los quehaceres se reparten en función del tiempo que toma hacerlo para que a las cuatro de la tarde, se puedan sentar a ver otro episodio de Agents of S.H.I.E.L.D en Netflix mientras comen las sobras de la semana.
Éste sábado, sin embargo, la ventana está abierta y Jongin, en calzones, lo primero que hace es ocultarse tras la cortina y esperar a ver señales de vida. Deja el agua de la jardinera en el suelo y en silencio observa. Kyungsoo pone la música en la cocina y entra a la habitación a preguntarle si él se acabó el líquido desengrasante y no lo anotó en la lista del mandado. -¡Ssssh, ssshhh!- lo calla Jongin y lo llama a ocultarse con él tras la cortina. Kyungsoo no obedece-
-¿Qué pasa?-
-¿No viste? Tenemos un vecino ahora...
El desconocido vecino de pronto aparece y sin pensarlo, Kyungsoo se oculta en la cortina, empujando a Jongin con las dos manos. Cinco segundos se quedan asustados mirándose, nariz con nariz antes de que uno de ellos haga amago de reír y el otro le pida con un ademán que se calle, aunque con una sonrisa equiparable. Kyungsoo, menos en pánico, se asoma lentamente y observa al vecino... lo que sea que esté haciendo, se parece mucho a bailar al ritmo de la música que viene de su cocina.- ...Está bailando.
-¿A ver?- Jongin, de puntitas, se asoma un poco más arriba, sosteniéndose de los hombros de Kyungsoo. El vecino parece tener su edad, tiene una cara masculina, pero es muy delgado y chiquitito. Está bailando, quizás sin darse cuenta y se está haciendo caras seductoras frente al espejo de mano que usa para emperifollarse. Quizás llevará puesto el pijama, o esa es su ropa interior, quién sabe.
De pronto, muy bruscamente, tal vez voluntariamente súbito, mira hacia su ventana y los encuentra a los dos detrás de la cortina, mirándolo. Kyungsoo incluso grita cuando se vuelve a ocultar y casi en seguida sale corriendo a la cocina. Jongin se oculta dos segundos más o hasta que escucha la risa del vecino.
-Lo siento, somos curiosos.- Lo saluda, una especie de disculpa. Jongin siente la vergüenza del mundo en los hombros y se tapa la cara. Al volver a mirar, el vecino guapo está contando el número de su piso.- ¡Lo siento, no lo haremos de nuevo!
-¡Tranquilo!- Dice con una enorme y bien blanca sonrisa.- Sólo quiero saber a dónde irlos a visitar más tarde. Tu amigo es bonito... -dice, aparentemente casual, pero Jongin siente la vibra.
-Eh... es mi novio.-
La sonrisa al vecino nuevo se le cae pero la recupera pronto. -Ah... también tú lo eres. ¿Tienen ganas de ir a tomar algo? Yo invito.
Éste sábado, sin embargo, la ventana está abierta y Jongin, en calzones, lo primero que hace es ocultarse tras la cortina y esperar a ver señales de vida. Deja el agua de la jardinera en el suelo y en silencio observa. Kyungsoo pone la música en la cocina y entra a la habitación a preguntarle si él se acabó el líquido desengrasante y no lo anotó en la lista del mandado. -¡Ssssh, ssshhh!- lo calla Jongin y lo llama a ocultarse con él tras la cortina. Kyungsoo no obedece-
-¿Qué pasa?-
-¿No viste? Tenemos un vecino ahora...
El desconocido vecino de pronto aparece y sin pensarlo, Kyungsoo se oculta en la cortina, empujando a Jongin con las dos manos. Cinco segundos se quedan asustados mirándose, nariz con nariz antes de que uno de ellos haga amago de reír y el otro le pida con un ademán que se calle, aunque con una sonrisa equiparable. Kyungsoo, menos en pánico, se asoma lentamente y observa al vecino... lo que sea que esté haciendo, se parece mucho a bailar al ritmo de la música que viene de su cocina.- ...Está bailando.
-¿A ver?- Jongin, de puntitas, se asoma un poco más arriba, sosteniéndose de los hombros de Kyungsoo. El vecino parece tener su edad, tiene una cara masculina, pero es muy delgado y chiquitito. Está bailando, quizás sin darse cuenta y se está haciendo caras seductoras frente al espejo de mano que usa para emperifollarse. Quizás llevará puesto el pijama, o esa es su ropa interior, quién sabe.
De pronto, muy bruscamente, tal vez voluntariamente súbito, mira hacia su ventana y los encuentra a los dos detrás de la cortina, mirándolo. Kyungsoo incluso grita cuando se vuelve a ocultar y casi en seguida sale corriendo a la cocina. Jongin se oculta dos segundos más o hasta que escucha la risa del vecino.
-Lo siento, somos curiosos.- Lo saluda, una especie de disculpa. Jongin siente la vergüenza del mundo en los hombros y se tapa la cara. Al volver a mirar, el vecino guapo está contando el número de su piso.- ¡Lo siento, no lo haremos de nuevo!
-¡Tranquilo!- Dice con una enorme y bien blanca sonrisa.- Sólo quiero saber a dónde irlos a visitar más tarde. Tu amigo es bonito... -dice, aparentemente casual, pero Jongin siente la vibra.
-Eh... es mi novio.-
La sonrisa al vecino nuevo se le cae pero la recupera pronto. -Ah... también tú lo eres. ¿Tienen ganas de ir a tomar algo? Yo invito.
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