¿Cómo son los Piscis en el amor?
¡Ay! Es que yo, y sé que siempre lo digo pero bueno, adoro a los piscianos. Son un matojo de amor y ternura y candidez y entrega y pasión y un maldito egocentrismo que no se tragan ni ellos, pero son tan ♥.
Los piscianos son enamoradizos. Ellos encuentran al amor de su vida en todas las esquinas, y el que lo niegue, es porque se pica y sabe que es cierto. Es que ellos ven la belleza interior que otros no notan por debajo de las capas de humo y hollín de las personas; tienen gustos particulares, y se interesan por personas particulares. Cuando digo que se enamoran con facilidad, no quiero decir que amen con esa misma rapidez. No. Una cosa es el piscis encandilado con el carisma de alguien y otra es el piscis que se ha adherido a las paredes del corazón magullado de aquel que ha merecido su cariño. Piscis es receloso, es inseguro, pero eso lo hace valiente. La caga muy seguido al principio, o no dice las cosas claramente y se malentienden, o las dice con demasiada franqueza y queda como un patán. Es un signo dual, no se puede esperar otra cosa que el extremismo. Se decepciona de sí mismo a diario, lo que menos necesita es a una pareja que le recuerde sus defectos. Son sensibles, devotos, sensuales. Muy, muy sensuales. Y pervertidos. En realidad, escorpio le debe su lado fetichista a piscis, que es el verdadero kinky del zodiaco. Escorpio es perverso, piscis es... mente sucia. Pero tiene un verbo tan bonito que cada retorcida fantasía que sale de su boquita suena a primaveras y prosa embellecida con intrincados patrones y juegos de palabras que te dejan en un gran «¿eh?»
Cuando te das cuenta, te han manipulado y vuelto a manipular a placer. Quizás en cosas chiquitas o grandes, pero lo hacen, inconscientemente. Tienen un poder de convencimiento envidiable y eso les hace fácil el seducir. Pero no mienten, prefieren no hacerlo. Demasiado trabajo para su inestable memoria. Al ser el opuesto de virgo, necesitan tener las cosas en orden para mantener su delicado universo en equilibrio; cuando las mareas emocionales le rebosan, puede ser demasiado dañino y psicópata. Tal que un tritón con una metralleta asesinándolos a todos en la playa o una triste orca encallada en la arena. Nadie sabe. Nadie sabe cómo es el odio de piscis porque pasa de amar a la humanidad a detestarla en tres segundos y sobran dos.
Piscis es amigo antes que amante. Y es un amante fiel. No intentes engañarlo, le gustan las cosas claras. Si hay exclusividad, la hay. Si no, no la hay. Pero las reglas están, y se cumplen. Pueden perdonar, pero su rencor aflorará en cualquier momento si abusas del don del olvido que le caracteriza. No es el tipo de signo que pasa de página —como aries o sagitario—, ni que la tacha —como tauro, virgo o cáncer—, sino de los que arranca la página y quema el libro y te hace tragar las cenizas con un vaso de orín —muy geminiano y acuariano—.
Así que... son peculiares.
Los piscianos son enamoradizos. Ellos encuentran al amor de su vida en todas las esquinas, y el que lo niegue, es porque se pica y sabe que es cierto. Es que ellos ven la belleza interior que otros no notan por debajo de las capas de humo y hollín de las personas; tienen gustos particulares, y se interesan por personas particulares. Cuando digo que se enamoran con facilidad, no quiero decir que amen con esa misma rapidez. No. Una cosa es el piscis encandilado con el carisma de alguien y otra es el piscis que se ha adherido a las paredes del corazón magullado de aquel que ha merecido su cariño. Piscis es receloso, es inseguro, pero eso lo hace valiente. La caga muy seguido al principio, o no dice las cosas claramente y se malentienden, o las dice con demasiada franqueza y queda como un patán. Es un signo dual, no se puede esperar otra cosa que el extremismo. Se decepciona de sí mismo a diario, lo que menos necesita es a una pareja que le recuerde sus defectos. Son sensibles, devotos, sensuales. Muy, muy sensuales. Y pervertidos. En realidad, escorpio le debe su lado fetichista a piscis, que es el verdadero kinky del zodiaco. Escorpio es perverso, piscis es... mente sucia. Pero tiene un verbo tan bonito que cada retorcida fantasía que sale de su boquita suena a primaveras y prosa embellecida con intrincados patrones y juegos de palabras que te dejan en un gran «¿eh?»
Cuando te das cuenta, te han manipulado y vuelto a manipular a placer. Quizás en cosas chiquitas o grandes, pero lo hacen, inconscientemente. Tienen un poder de convencimiento envidiable y eso les hace fácil el seducir. Pero no mienten, prefieren no hacerlo. Demasiado trabajo para su inestable memoria. Al ser el opuesto de virgo, necesitan tener las cosas en orden para mantener su delicado universo en equilibrio; cuando las mareas emocionales le rebosan, puede ser demasiado dañino y psicópata. Tal que un tritón con una metralleta asesinándolos a todos en la playa o una triste orca encallada en la arena. Nadie sabe. Nadie sabe cómo es el odio de piscis porque pasa de amar a la humanidad a detestarla en tres segundos y sobran dos.
Piscis es amigo antes que amante. Y es un amante fiel. No intentes engañarlo, le gustan las cosas claras. Si hay exclusividad, la hay. Si no, no la hay. Pero las reglas están, y se cumplen. Pueden perdonar, pero su rencor aflorará en cualquier momento si abusas del don del olvido que le caracteriza. No es el tipo de signo que pasa de página —como aries o sagitario—, ni que la tacha —como tauro, virgo o cáncer—, sino de los que arranca la página y quema el libro y te hace tragar las cenizas con un vaso de orín —muy geminiano y acuariano—.
Así que... son peculiares.